Hay hambre en el alma
Hay hambre en el ser
Dolor de ser desposeído de pan…
Nuevamente sentado a la vera de la mesa
Mamá con angustia en el rostro
El plato desnudo otra vez
Habrá mejores tiempos dice.
¿Llegará el día en que mamá sonría al mediodía?
La sopa humeante visite mi estómago
Feliz mamá alcance el plato tupido de vida
Me canse de masticar para deleite del paladar.
Hoy mamá esperó el timbre de final de clase
Hay un lugar donde dan comida
¡Diles que te regalen un poco!
¡Diles que tienes hambre!
Me abrigaron con calurosa sonrisa
Saciaron mi hambre de pan; mi angustia, de esperanza
No preguntaron nada
Solo dijeron al irme: “Te esperamos mañana”.
Mamá, ¿quiénes son ellos que parecen conocerme?
Que me dan alimento con una franca sonrisa y abundante
amistad
No sé, hijo, no sé muchas cosas en esta vida
Pero si sé que ese lugar se llama Piquicha.