Hablar de CCATARI es hablar de nuestra historia, es volver a darle valor a la fraterna costumbre ancestral del trabajo colectivo, es dar vida nuevamente al ayni y a la minka; es en suma, recuperar la esencia que hizo grande a un pueblo hasta convertirlo en objeto de admiración y constante estudio.
La historia, al igual que la naturaleza, es fuente inagotable de conocimiento, es libro abierto en cuyas páginas hay invalorables experiencias que nos es útil hoy.
De eso Chosica pude dar fe. Nuestro distrito es un pueblo amigo que trata al vecino como hermano y al turista como al hijo que luego de años retorna a casa. Fiel compañero del astro rey que durante 365 días al año dora nuestra piel de trigo. La naturaleza nos ha impuesto el don de la perseverancia y esperanza para sobreponernos a los fenómenos naturales. Pero Chosica también es trabajo, trabajo que va formando su nuevo rostro acorde con el siglo XXI. Un siglo que nos ata a nuestra historia, a nuestros antepasados y a sus sabias costumbres para cristalizar los caros anhelos de un pueblo que con pocos recursos diversifica las obras que otorgan calidad de vida a la población.
Cuando llegamos al gobierno municipal el año 93 del siglo pasado, no había FONCOMUN, pero muchas eran las carencias y necesidades de un pueblo que había visto postergado sus justas demandas. Fue en esos tiempos que recurrimos a la sabiduría de nuestro glorioso pasado. Recordamos como los pueblos construían o reparaban puentes colgantes, hombres, mujeres y niños, tocando la tinya, entonando hermosos huaynos salían a trabajar alegremente construyendo el mañana todos en uno. Al amanecer se escuchaba el pututo y el pueblo entero salía a realizar la siembra o cosecha, los hombres araban, las mujeres echaban el grano y los niños alcanzaban lo necesario en el trabajo, luego de la faena tomaban chicha de jora, cantaban, bailaban de felicidad por la tarea cumplida y la garantía de un mañana de verde esperanza.
Hermoso tiempo aquel, un distrito de gran población, extenso en territorio, exiguos presupuesto e ingentes demandas que no podían ser cumplidas por carencia de recursos. Se tuvo que tomar una decisión, nos nutrimos de la maravillosa historia de nuestros ancestros para construir un presente provechoso y esperar un futuro promisorio. Dimos nueva vida al ayni y a la minka a través de CCATARI.
La postmodernidad, la globalización, la apertura de mercados, el desarrollo tecnológico han fomentado la individualidad, la excelencia personal, el desarraigo. La tradición, las costumbres ancestrales aparentemente se baten en retirada. Mas creo yo que la Postmodernidad no termina de llegar ni el mundo milenario termina de marcharse. La tradición y costumbres ancestrales no se baten en retirada, están más firmes que nunca, Chosica es una muestra de ello.
La reivindicación del trabajo mancomunado incaico se realizó con la creación de CCATARI, voz quechua que significa ¡Levántate¡ CCATARI más que una oficina es filosofía, es un estilo de vida. Articula las necesidades de la población, los reducidos presupuestos municipales y la ejecución de la obra. Es la encargada de dialogar con los dirigentes, recibir las propuestas de obras previamente consensuadas con sus vecinos, realizar el compromiso de trabajo mutuo. Como municipalidad entregamos materiales, supervisión técnica; la población ofrece la mano de obra, para ello se organizan y hacen faenas comunales, luego de mucho esfuerzo la obra se concreta.
Este sistema tiene muchas virtudes: El costo se reduce en más de 60%, consolida la relación gobierno – población, permite la organización vecinal creando líderes locales, entregada la obra la población la hace suya siendo beneficiarios y guardianes pues ellos pusieron su esfuerzo, permite realizar la mayor cantidad de obras, entre otras bondades.
Seguramente dirán que es presupuesto participativo; es eso y mucho más. Esta modalidad de trabajo se realiza desde el año 1993, el presupuesto participativo data del 2003 con la nueva ley Orgánica de Municipalidades. En el presupuesto participativo se elige las obras prioritarias, con Ccatari no sólo se elige la obra, sino que la población trabaja en su propia obra.
Las obras, según Cctarari no son frías cantidades, exigencia de plazos ni mucho menos bloques de ladrillo y cemento que algún día disfrutarán nuestros hijos. Con Ccatari las obras cobran vida pues nacen del esfuerzo común de todos los pobladores; ellos la soñaron, ellos la pidieron, ellos la trabajaron; sus hijos la disfrutan con extremo cuidado pues es el esfuerzo de todos. Con Ccatari rendimos culto al interés colectivo, al trabajo mancomunado, al esfuerzo de todos por el bien común.
Muchas son las poblaciones beneficiadas con Ccatari: Asentamientos Humanos, centros poblados, comités de gestión, cooperativas de vivienda, organizaciones sociales de base… Los proyectos que se ejecutan son diversos: redes y conexiones domiciliarias para el abastecimientos de agua y desagüe, forestación de laderas, arborización de avenidas y calles, CEOS, puestos policiales, aulas escolares, aulas taller, locales comunales, comedores populares, postas médicas, losas deportivas, cercos perimétricos, veredas y accesos peatonales, muros de contención, estabilización de taludes ribereñas y cárcavas, entre otras.
Son muchas, pero muchas las obras que se han construido con Ccatari. La pasión y vehemencia de la juventud debe ser encausada positivamente a través de actividades colectivas que generen ciudadanía, como es el deporte. A través de CCATARI se han construido más de 200 Losas Deportivas siendo las últimas el de la Alameda de Ñaña y en Carapongo. Padre, madre, hijo y gobierno local trabajaron para el logro de este fin.
El acceso a la seguridad y a la presencia policial era una demanda clamorosa de la población de Jicamarca. Los vecinos organizadamente trabajaron muchos meses, la municipalidad elaboró el proyecto, supervisó la obra y entregó todos los materiales, hoy Jicamarca tiene su puesto policial, obra construida con el concurso de todos los vecinos. Hoy escolares y adultos transitan tranquilamente con la certeza que ante una eventualidad la policía llegará prontamente.
La Posta Médica del AA.HH. San Antonio de Pedregal era muy pequeña para atender las demandas de salud de la población, se coordinó con el sector respectivo, se elaboró el proyecto de ampliación de la posta médica y construcción del 2º piso, se entregó materiales y supervisó la obra; la población trabajó arduamente en su construcción, hoy San Antonio tiene su Posta Médica amplia y moderna que ofrece diversas especialidades dando comodidad y calidad de servicio.
El AA.HH. Pedregal Bajo vivía atemorizada por los fenómenos de la naturaleza, los huaycos y desbordes del río Rímac causaban zozobra y temor, con Ccatari se construyeron los muros de contención, nuevamente el trabajo colectivo trajo dicha y felicidad a una población.
La educación es la única garantía que tenemos para salir del atraso y pobreza. Una Institución Educativa, aparte de tener excelentes docentes, debe contar con Laboratorios de Ciencias donde el alumno pueda verificar la teoría y es así como los escolares hacen ciencia. Alumnos, profesores y padres de familia de la Institución Educativa Experimental – La Cantuta tocaron las puertas de CCATARI, se trabajó mancomunadamente y hoy nuestros hijos disfrutan de la experimentación en su aprendizaje en el laboratorio que sus padres y profesores construyeron para ellos.
No todos los que egresan de secundaria ingresan a la Universidad o a un Instituto Superior: Muchos quieren desarrollar alguna destreza manual o técnica media para generar sus propios ingresos. Por ello, con la población organizada y esfuerzo compartido se construyó el CEO de Paraíso de Cajamarquilla. Hermosa y moderna infraestructura que permite a los jóvenes calificar su mano de obra y obtener mejores ingresos para beneficio de sus familias.
El digno acceso a nuestras viviendas es justicia elemental que debemos guardar. Santa María de Huachipa es un poblado que se ha asentado a la falda del cerro, en la pendiente. Los vecinos hacían sacrificios para salir y retornar a casa. Nuevamente la maquinaria de CCATARI se echó a andar: la población ofreció su mano de obra; la municipalidad, los materiales y el apoyo técnico. Peldaño a peldaño se construyó su escalera de acceso que facilita la salida y entrada a sus hogares.
El asfaltado de pistas también es una preocupación compartida con los vecinos. No hace mucho se ha inaugurado casi 2 Km de asfaltado en la Cooperativa Jardín, obra ejecutada vía convenio entre la población y la municipalidad mediante CCATARI.
Los vecinos necesitan un lugar donde reunirse y exponer sus puntos de vista, escuchar las ideas contrarias tolerantemente, discrepar en democracia. Votar y elegir por el mejor destino de la población. Por ello una de las políticas de CCATARI es la construcción de Locales Comunales que permitan ese ejercicio de reunión, debate y elección, así como realización de eventos sociales y culturales. Hemos construido decenas de Locales Comunales como el de Media Luna. Moderna Infraestructura de concreto construida a esfuerzo y pulso de los pobladores que hoy gozan alegremente.
Los vecinos también requieren un espacio de solaz, de descanso, de sosiego. Donde plácidamente mediten, disfruten y sueñen los mejores destinos de su familia y comunidad. CCATARI ha construido muchos Parques, hace poco hemos inaugurado uno de gran recordación por el empeño y tezón de sus moradores. El Parque de las Brisas de Huachipa reúne elementos creado por la mano del hombre y por la mano de Dios. Tiene abundante áreas verdes, perfumadas flores, bancos para el descanso, veredas seguras que dan una sensación de confort y tranquilidad que nos aleja del mundanal ruido.
Y saben cuánto cuesta una Losa Deportiva de uso múltiple, aproximadamente S/. 82,000 nuevos soles. Con el sistema Ccatari la obra cuesta aproximadamente S/. 26,000 nuevos soles. Díganme si esto no es provechoso. Diversifica las obras, involucra a la población, permite la creación de liderazgo comunal y afianza la relación entre la población y el gobierno local.
Todas estas obras y muchas más, que no se han nombrado por el tiempo, tienen un denominador en común: trabajo mancomunado. El mismo trabajo que construyese puentes, caminos y andenes en el imperio incaico; ese bendito trabajo que permitió a la roca ser coronada maravilla mundial como es Machu Picchu. Ese trabajo de todas las manos, ese latido de todos los corazones, ese sudor por el mismo esfuerzo es el que nos consagrará como distrito turístico, progresista, moderno, seguro que avanza al ritmo del siglo XXI.
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